Como volver
a ponerse la malla. En el invierno cambiaste, puede quedarte diferente; y
además tampoco te acordás bien cómo te calzaba.
Lo ves de
nuevo. En el invierno cambiaste, te faltó su abrazo y tuviste frío. No sabés
bien en qué orden de causa-consecuencia. Pero estás otra vez ahí con él, y por
un lado parece como si no hubiera pasado el tiempo; y por otro ya no te queda
tan bien como antes. O como creías que te quedaba antes.
Lo bueno de
la malla es que ella no puede cambiar, lo malo del amor es que complementarse
es tan mágico que no sólo se necesita encontrar a esa persona en las 6000 millones
que hay en el mundo (es más fácil ganar la lotería), sino que tiene que estar
dispuesta a conocernos, y nosotros a esa persona, y saber mostrarnos como
somos, y mantenernos así, en esa situación de enganche, de rompecabezas, de
encastre.
Tan cierto, tan justo
ResponderBorrarSiempre justo lo que pensaba, puesto en palabras.
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarHermoso (:
ResponderBorrarEs estadísticamente imposible que entre 6.000 millones de personas que habitan hoy el mundo, te encuentres con ese único individuo destinado.
ResponderBorrarLo mejor es disfrutar con los que están en el camino.
De esa manera, de seguro, nos divertimos un poco más.
Saludos
J.
PAAAAA, escribis demasiado bien boluda! me encanta como todo concluye al final.
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