porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

4.3.16

Te amo de nuevo

Cuando te amo no puedo pensar en otra cosa. No sé qué hacer, no sé dónde mirar, no sé qué decir. Es que me bloqueo totalmente, porque sino voy y te chapo, o te como con los ojos, o te digo justamente eso, que te amo. Es más, lo gritaría. Por eso me anulo, me cruzo de brazos y pongo cara de nada. "¿Qué te pasa?", me decís. "Nada", respondo. "Es que desde hace cinco minutos te amo otra vez" sonaría un poco raro.

Cuando te amo no entiendo cómo no te amé toda la vida y cómo carajo es que en algún momento te voy a olvidar. Porque sí, va a pasar. Si nunca me vas a dar bola, sinceramente no está en mis planes desperdiciar toda mi vida enamorada de alguien que no me corresponde. Ni en pedo. Y si llegás a prestarme tu boca y tu alma en algún momento, estoy segura de que todo se va a pudrir. Porque así funciono. No te voy a amar siempre. Pero cuando te amo pareciera que sí.

Cuando te amo quiero irme a mi casa y escuchar esa canción que para mí habla de nosotros. ¡Y me enoja tanto que no exista! Creo que te amo demasiado como para que entre en palabras de otro. O te amo especial. Sólo mis palabras podrían describir lo que me pasa. Y ni siquiera. Mirá este texto impresentable. Escrito en una pasada, sin revisar, casi escupido. Es que si lo pienso mucho te tengo que odiar, pero mi cabeza está perdiendo por goleada con el pelotudo de mi corazón o lo que sea que se encarga de sentir.

Cuando te amo tengo un quilombo interno fuerte. Por un lado, entiendo tu "no" y renuncio. Entonces te doy la espalda y me pongo a hablar con el gil de tu amigo. Pero, por otro lado, te amo. Entonces me giro y te miro. Intentando penetrarte con los ojos, inconscientemente creyendo que la vida es una novela y mi mirada te va a enamorar. Pero resulta que sos un pelotudo, o yo no te muevo ni un pelo, o mejor dicho: ambas; entonces me pego una palmadita en la pierna como para recapacitar y otra vez decido dejar de amarte al menos por un rato. Pero resulta que otra vez te amo y de vuelta estoy pegándote una patada buscona a lo que vos respondés con un "¿Qué te pasa?". "Nada", otra vez. Todo, otra vez.

Cuando te amo me rindo. Y no hay mejor momento que ese, en el que renuncio a vos y tengo ganas locas de gritar "te amo" a la nada. Ahí, cuando el amor por vos pasa a ser más mío que tuyo. Es cuando las mayúsculas me quedan chicas y la voz no me alcanza. Y ahí, un ratito después es cuando vos te avivás y me tocás el hombro del alma, entonces otra vez el "te amo" es tuyo y la frustración constante, toda mía.

Vos de vez en cuando me querés, y yo de vez en cuando te amo. Vos, un forro. Yo, una pelotuda. Pierdo yo.