porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

13.8.11

Gira todo lo que ves

Uno nunca es demasiado grande para la calesita. Creo que me venía tentando desde hace un tiempo pero no quería decir que sí. No correspondía. No quedaba bien que subiera. Pero me subí. Y ahora me mareo. Y no me puedo bajar. Y tengo miedo de sacar la sortija, bajarme, y volver a subir.

Bajate o me bajo yo. O nos quedamos los dos.

1.8.11

Me está aburriendo esta mentira de "la libertad"

Siempre pensé que ser libre era poder hacer. Según mi propio concepto soy libre. Tengo la posibilidad de caminar, correr, trotar, ir para allá, venir para acá, saltar, rodar o arrastrarme. Como elegí quedarme quieta no me choqué nunca contra ninguna pared. La pared se chocó conmigo.

De repente descubro que ser libre no es poder, si no ser y hacer. El que pudo y no hizo nada es esclavo de esas oportunidades de las que se esconde. Soy esclava. Estoy encerrada en esta supuesta libertad. Estoy llena de posibilidades, estoy en un punto en el medio de la nada. Puedo caminar para donde estoy mirando, o un grado más a la derecha, o 180 grados más a la izquierda. O 180,34 grados. Infinitas posibilidades. Pero no soy libre. Elegí y elijo día a día encerrarme en este punto, acepto estar a salvo. A salvo de los peligros, y de la libertad, y de la vida.

El otro día discutía con un chico. Me dijo "el que no arriesga no gana, pero tampoco pierde". Me reí. El que no arriesga deja pasar una oportunidad, dos, tres, deja pasar días, meses y años de vida quedándose en ese punto en el medio de la nada. Pierde la oportunidad, pierde los años, pierde la esencia. Yo creo que no me debe haber entendido nada, pero el día en el que sea viejo y se haya quedado sentado en el sillón me va a entender. Yo también me voy a entender; voy a estar en el sillón de al lado.