porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

26.4.11

Temporal

Así como la marea sube; baja. Las tormentas parecen eternas, pero terminan. El huracán arrasa con todo, hasta que ya no más. Pero las lágrimas siguen cayendo.

Al principio son de furia, de enojo, de rencor y de odio. Las del después son de pena, de desilusión, de recuerdo, y de amor. De amor porque si no uno no se afligiría tanto. Para odiar hay que querer. No hay tormenta si antes no hubo calma, no hay lluvia si no existió el sol, no sube la marea si la marea no estuvo alguna vez. Supongo que los gritos, los llantos y los enojos están significando dos cosas: que ni por asomo el otro tiene razón en lo que dice, y que nos amamos tanto que ya no sabemos dónde guardarlo.