El tren pasa solo una vez, dicen. Cuando llegue, subite, no lo dudes, dicen. Entonces la gente espera el tren. Con ansias, con nervios, pero con la seguridad de que apenas lo vean pasar van a poner un pie sobre él, y el otro, y todo el cuerpo; aunque no quiera frenar, aunque esté lleno de gente o muy vacío, aunque tengan la sensación de estar dando un salto al vacío. Permanecen contentos, entonces. Aguardan. Se quedan sentados en un escalón, o en un asiento, o en el piso. O tomando una Pepsi. Pepsi, no Coca, porque dicen que la Coca está allá, en el tren, claro, siempre lo mejor va a estar en el tren, ese tren que apenas vean se van a subir, porque sí, porque el tren pasa una sola vez.
Entonces de repente alguien se cansa y se va. Lo miran raro. Pero se sube a una bicicleta y se va perdiendo a lo lejos. Otros empiezan a seguir su ejemplo, aunque algunos a pie, otros en patineta, algunos rollers y hasta en triciclo.
Este es el fin del cuento, que no es un cuento. Simplemente digo que eso del tren queda súper lindo pero no hay un tren, hay muchos, y también hay muchos otros medios, y también se puede hacer una fiesta en la estación, con Fernet, risas, baile y miles de cosas; y andá a saber, quizás todos esos que se subieron al tren, terminan volviendo con la Coca para el Branca.
O capaz terminaron volviendo con una Cordoba y un Capri...
ResponderBorrarEl tren es la metáfora, el fernet la realidad...
ResponderBorrarSaludos
J.
que tribunera, con tal de hablar del fernet o de tus gomas para la gilada, te inventas cualquier historia..
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