porque no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar

8.5.13

Descartes de blablablá

La hoja en blanco es infinitud. Quien nunca escribe, probablemente no lo entienda. Significa que en una cuestión de dos minutos, o dos renglones, esa misma hoja pueda ser cualquier cosa, literal y figurativamente cualquiera. Pero ya habrá adquirido una forma: una de esas ilimitadas alternativas. Cada una, eterna, porque una hoja pueden ser dos, tres, cuatro, mil; lo que podemos escribir, también es perpetuo.

Perpetuo e inmortal. Yo voy a morir, vos, tu vecino, tu perro, un mosquito. Lo que plasmes en palabras, jamás. Sí, la hoja puede quemarse; el mundo volver a flashear big-bang, todo reducirse de vuelta a un punto, un átomo, o lo que sea. Pero es como si esas palabras ya no necesitaran de algo material para ser. Serán eternas aún cuando ya no haya nada. Habrán quedado en algún lado, perdidas, quizás amontonadas, confundidas, extrañando a su creador o felices de haberse alejado; pero vivas. 

En mis palabras suele haber muchos "tal vez", "quizás"... Lo sé. Lo sé y lo lamento. Tengo pocas certezas, y soy demasiado fiel a lo que no sé (quizás más que a lo que sí). No me gusta asegurar cosas de las que en realidad, dudo. Como periodista, a la vez: la mejor y la peor. Pero, puede que en realidad las palabras sí tengan final. Sí mueran. Sí se agoten. Tal vez los escritos tengan un deceso, un fallecimiento, una desaparición. Eso será cuando ya nadie les crea.

Entonces prefiero dudar. ¿Quién desconfía de una duda? ¿Quién dispone un hueco en su mente para descreer de quien ya se contradijo mil veces? 

Que mis palabras duren para siempre.

4 comentarios:

  1. solo nos queda la certeza del que no sabe nada, que nada esta cierto excepto la palabra, son tan fuertes, transmiten tanto, una sola basta... es un tema que me gusta mucho, estudie linguistica jeje. Me gusto la entrada besos

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  2. nati siempre leo tu blog pero en particular me encantó esta entrada, también escribo y creo que en parte es algo que nos hace inmortales, a nosotros y a lo que alguna vez sentimos o pensamos . Después si tenés un tiempo te recomiendo que leas La defensa del anonimato, es un poema de José Emilio Pacheco que tiene mucho que ver con esto. Un saludo, es genial lo que escribis

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  3. Yo escribiría, más bien: Que mis palabras duden para siempre...

    Pero es una opción.

    Saludos!

    J.

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  4. Muy bueno lo que expresas y tanto más bueno como escribis. Y tu merito, es ese. Dejar que las palabras arranquen a tu ser.

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Yo deslizo, tu deslizas, él desliza, ellos deslizan, nosotros deslizamos, vosotros deslizáis.