Mañana se cumplen dos años de la tragedia que sufrió mi colegio cuando todavía no era mío. Un grupo de chicos y cordinadores fueron a Chaco con fines solidarios. Al regreso, el 8 de Octubre de 2006, un camión cuyo conductor estaba alcoholizado se metió en el camino del micro en el que volvían y también en el camino de su vida y de sus seres queridos. Murieron nueve chicos y una profesora. Diez almas inocentes. Diez almas que sólo querían ayudar y mejorar otras vidas, y parece que la vida como premio les dio la muerte. ¿Puede ser esto posible? En realidad, creo que ya no es un tema de Dios y la vida, y el destino, y que estaba escrito y esas cosas. Es un tema de CULPA. De esos conductores alcoholizados del camión, si se lo piensa rápidamente. ¿Pero de nuestro maldito sistema de seguridad? ¿De nuestro mal cumplimiento de las leyes de tránsito? Es muy fácil leer esto y decir "qué horror", pero más fácil es apagar la computadora, abrir el auto, subirse, y pasar cinco semáforos en rojo y excederse de la velocidad. Se empieza por cada cosa mínima (o no tanto) y eso sí: siempre por uno mismo.
Como homenaje para honrar las vidas de quienes nos dejaron, mañana se hace festival solidario en el Estadio Obras. Ésto también es con fines solidarios: nada mejor que honrarlos de la misma manera que ellos finalizaron su ciclo: ayudando.
Por último quiero resaltar que a pesar del gran movimiento de los padres y familiares de las víctimas, y otras movilizaciones, siguen muriendo miles de personas anualmente por accidentes en rutas. YA PARECE NO SABERSE MÁS CÓMO HACER PARA QUE ESTA CIFRA DISMINUYA O POR LO MENOS DEJE DE CRECER. Pero hay solución, lo que pasa es que estamos ante un gobierno irresponsable y que se lava las manos. Que no hace nada, que se queda sentado y hace oídos sordos. Niega las cosas, cambia las cifras, "todos los otros mienten".
Agh, así sí que no dan ganas de querer cambiar la realidad.