Tengo algo para decir.
Les hablo a aquellos que te miran raro cuando te proclamás feminista. A los que te clavan ojitos de "no me digas que vos también te sumaste a esa movidita cool". A los que dicen que no son ni machistas ni feministas. A los que se quejan de "los medios" y del extremismo. A los que "feminista" les suena solo a feminazi. A los que creen que no son machistas porque "tengo una hermana mujer". A los que piensan que decimos lo que decimos porque está de moda.
No estoy enojada con vos, Martín, Pablo, Santiago. Si lo estuviera, no te escribiría estas palabras intentando que nos entiendas un poquito. Te quiero sumar. Entiendo tu crianza, yo tuve una parecida. No puedo culparte por no comprendernos. Pero sí tal vez pueda hacerlo después de decirte lo que te quiero decir y que sigas odiándonos porque "nos subimos a la modita feminazi".
A mí las modas ideológicas, si es que existe tal cosa, no me copan, es más, de base me rehuso. Le tengo miedo a embanderarme con algo y que después terminen diciendo cosas por mí de las que tal vez no estoy tan segura. Solo hablo cuando lo estoy. ¿Y sabés que me pasa con "el temita del feminismo"? Estoy demasiado convencida. No sé a qué moda te referís, pero yo LO VIVÍ. Lo vivo. Me pasó y me pasa todos los días.
Me tocaron el culo muchas veces en la matiné y me moría de angustia pero era lo normal, era parte del plan. Tuve miedo, mucho miedo de no llegar a mi casa una vez que me persiguió un tipo por la calle. Habrán sido más de mil las veces que me gritaron por la calle que me chuparían partes de mi cuerpo, que soy hermosa, que soy gorda, que qué buena que estoy. Otras me miraron tan penetrantemente que tuve que bajar la mirada para después llegar a casa, contarle a mi papá, y que ambos concluyamos que mi short era demasiado corto y que era mi responsabilidad. Se han sacado el forro en la mitad de la relación sexual sin que yo me enterase. Han hablado de mí como una trola por haber estado con equis número de chabones. Y me dijeron virgen y conservadora cuando no quise coger. Hace muchos años, un pibe con el que salía me zamarreó en una discusión y me dejó marcada, pero obvio que era mi culpa por haberlo hecho poner tan nervioso. Me dijeron cien millones de veces que a quién le chupe la pija para que me manden a trabajar al mundial como periodista. O que solo fui por las tetas. Me ha dejado un ex porque no pudo convivir con que yo haya estado con muchos pibes, igual que él con minas. Tuve miedo de que mi hermana no vuelva a casa. O mi amiga. Lo tengo. Siempre lo tengo.
No sé bien si entendés, Martín, Pablo, Santiago. No exagero, no agrando nada, no me lo contaron; todo eso me pasó toda la vida. Posta. A mí y a todas, ¿sabés? hasta a las que no se sienten parte de "la movidita". Y si todavía seguís un poco reacio, quizás te parece que hay cosas que no tienen mucho que ver entre sí pero fijate, Santi, que a todas las une lo mismo: somos menos, somos "suyas", somos accesorio, tenemos que corresponderles, somos débiles.
Por eso soy feminista. Y por eso me tomé este rato para explicarte y que dejes de pensar que esto es una moda. Es una realidad. Las modas duran poco y nosotras nos fumamos esta mierda hace un millón de años.