Son las 10 y 10 de la noche y la mesa ya está puesta. Mientras revuelvo la olla de fideos (no sé qué estará haciendo la mucama, pero no quiero que se pasen), Tomy llora y yo trato de calmarlo. Se distrae con un autito de juguete y yo aprovecho y le mando un mensaje a Fabián, el tercero en la última media hora. La reunión debe haberse puesto tensa y complicada como generalmente y por eso demora. Espero que éste me lo responda, al menos para saber si esperarlo, o darle de comer al nene y esperarlo yo, o comer con el nene y que coma después solo. “Y? Ya venís?”. “Enviar”.
Tomy grita y revolea al autito contra un mueble. “Vení, vamos a jugar a la compu”, le digo. Abro la notebook, hace mucho no la uso, Fabi se la lleva siempre a trabajar. Me pide una contraseña, pruebo su fecha de nacimiento, la mía, el día de nuestro casamiento, el cumple de Tomy, el nombre del perro, nuestra dirección, nuestro teléfono, su documento; no es ninguna. El nene se pone como loco, grita “¡compu!” desaforadamente y yo ya no sé cómo calmarlo.
Son las 11 y media, Tomy se quedó dormido en el sillón. Me alegra porque ya no molesta, pero como Fabián no me respondió, no resolví lo de la cena y por ende no comió. Los fideos se pasaron. Me llega un mensaje: “estoy en camino”. No tengo idea de dónde fue la reunión pero supongo que no demorará mucho. Me siento al lado del nene y relajo la cabeza, la mente, el alma… y me quedo dormida.
Suena el timbre, me despierto sobresaltada. Tomy ni se inmuta. Miro el reloj: la una de la mañana. Pregunto por el portero eléctrico quién es y me responde Fabián. Mando a Clarisa a que abra, a ver si esta mucama hace algo bien alguna vez en su vida. Cuando entra, mi marido me besa rápido y sigue de largo, tiene cara de cansado y un olor rico que no puedo descifrar.
- Qué tarde, amor.
- Sí, se retrasó todo, me perdí para volver, un quilombo tremendo. – me responde mientras sube la escalera.
- ¿Dónde vas? ¡Cenemos que es la una de la mañana!
- Ya cené. Me pego una ducha y me voy a dormir.
Yo no tengo hambre y no vale la pena que lo despierte al nene. Guardo los fideos en un tupper, llevo a Tomy a su cama, me pongo el pijama y me acuesto en la mía. Fabián se está bañando. Le suena el celular, como no puede atender él, lo hago yo.
- ¿Hola?
- ¿Quién habla? ¿Fabián? – me responde una mujer.
- Soy Claudia. ¿Quién habla ahí?
- Soy Claudia. ¿Quién habla ahí?
- ¿Claudia? ¿Qué Claudia?
- ¿Quién habla? – vuelvo a inquirir.
Justo Fabi sale de bañarse, se acerca rápido, me saca el teléfono y corta.
- Están llamando equivocado desde hace varios días. Ya me rompe los huevos.
- No te preocupes, amor. ¿Compraste los pasajes a Miami?
- Sí. También ya tenemos los internos de Estados Unidos, y los que después nos van a llevar hasta Europa. Ah, creo que te voy a dar mi auto porque me quiero comprar otro, me cansé ya. El tuyo se lo podemos dar a tus viejos o a tu hermana.
- Ah, bueno, dale. Hasta mañana. – le digo, y lo beso.
Me giro, quedo acostada de espaldas a él, mirando a la mesa de luz. Agarro mi celular, tengo un mensaje de Oscar, me alegro mucho. Lo abro y leo: “te amo, mi amor, espero que nos veamos mañana”. Le respondo que sí, que Fabián se va a Tailandia por un viaje de trabajo y que a Tomy lo voy a dejar en lo de mis viejos. Me duermo feliz.
Muy pero muy bueno!!! Excelente!! Genial!! Queremos el libro!!! jajaja
ResponderBorrarBuen-ísimo
ResponderBorrarSiempre creemos ser los primeros en descubrir algo y, cuando lo hacemos, nos percatamos que fuimos unos ingenuos...
ResponderBorrarSaludos
J.
amo tanto tu blog
ResponderBorrarmuy muy muy bueno. te juro que sueño en escribir como vos, buenisimo.
ResponderBorrarBueno el giro, saludos.
ResponderBorrarMe encanto!
ResponderBorrarEXCELENTE.
ResponderBorrarMe encantó! Le diste un buen giro a la historia
ResponderBorrarMuy buen final, felicitaciones!
ResponderBorrarSoy tu fan nati jota, sos una idola flaca
ResponderBorrarBuenisimo!!
ResponderBorrarSos una genia
ResponderBorrarGRAN FINAL, muy buena
ResponderBorrarTriste, real, me hace pensar que es todo al pedo.
ResponderBorrarCuando pensas que ya sabías el desenlace y te cambia los esquemas, tremenda!
ResponderBorrarSimplemente genial,! Abrazo Nati seguí escribiendo.
ResponderBorrarGeniaaa...
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