La muchacha recorrió todos los lugares en los que había deshojado flores y levantó cada pétalo, uno por uno, mientras cantaba Fito Páez. Una vez con todos guardados en el morral, se sentó en un banco de Parque Centenario y empezó a armar flores nuevas. Mezcló pétalos, intercaló colores, texturas y tamaños; mientras tanto, aprendió a reemplazar el "me quiere, no me quiere" por un firme "me quiero".
que lindo
ResponderBorrarAmor propio muy necesario para amar a otro y dejarse amar...
ResponderBorrarRecorrio su pasado,lo unio en su mente (morral).y surgio...... autoestima.siempre positiva
ResponderBorrarPasaré mas seguido intentando tocar esta puerta. Pasaré sin dudas, buscando la simplicidad en cosas como estas.
ResponderBorrarBoluda, este me encanto. Viejo pero hermoso. Y eso que no soy tu "fan" ni te leo siempre. Pero la verdad que me encanto.
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